Lo prometido es deuda!
Estoy de regreso para exponerles las historias y experiencias de la gente a raíz del cambio climático.
En mi travesía en Florida, he encontrado personas de todos los orígenes y niveles socioeconómicos. Lo hermoso de una ciudad tan diversa como Miami es que te encuentras todas las historias y los aspectos de estas que puedas imaginar. Cuando uno piensa en el cambio climático, lo hacemos de manera que parezca lejano y nada inconveniente. Tal vez pensemos, pobres osos polares no tienen hielo o quizás, pobre continente Africano, que feo que no llueva. Hemos creado esta alienación del problema de una manera que nos permita seguir ignorándolo aunque ya en realidad ya nos veamos afectados. Después de hablar con diversas personas en el área de Miami, he llegado a observar que el problema es visto desde una perspectiva principalmente económica. Normalmente su pensamiento es: si no afecta mi economía, no es mi problema.
Ahora bien, quiero presentar la historia de la comunidad inmigrante, agrícola y jornalera, quienes representan a un gran porcentaje de la población de Miami. Estas personas se encuentran en la línea frontera entre el cambio climático y sus consecuencias.
Jornadas largas, al exterior, sin descansos compensados, y muchas veces mal pagados, estas son las condiciones a las que muchos trabajadores de la comunidad inmigrante, del campo, y jornaleros se tienen que enfrentar, ahora agreguemos los problemas que el cambio climático les ha traído.
En esta publicación me gustaría transmitir una historia que yo creo que nos ayuda a ver el problema no solo como un problema medioambiental sino también como un problema cultural y social. Andrés es un inmigrante de una zona rural de México en el estado de San Luis Potosí. En su pueblo natal, la principal fuente de ingresos era la agricultura, primariamente parcelas y ganadería. Andrés, como muchos otros, se vio obligado a dejar sus raíces y tradiciones a causa del detrimento de las tierras que poco a poco dejaban de producir. Él recuerda tener una infancia en tiempos donde las lluvias eran abundantes y el campo producía suficientes alimentos para las personas y animales. Conforme el crecía, el mundo a su alrededor se veía cada vez menos fructífero, menos milpas, menos frutos, menos pastura para el ganado. A los 22 años se vio forzado a migrar con una visa de trabajo, actualmente tiene 29 años. Andrés ha visto 7 temporadas de cosecha de diferentes frutos en la zona de Florida. El me cuenta que al igual que vio como sus tierras empezaron a “enfermar”, ve como estas tierras empiezan a hacer lo mismo. El tipo de trabajo que hace no le remunera basado en las horas que trabaja si no en la cantidad que cosecha. Cuando él llegó en su primera temporada, los campos producían tanto que le permitian proveer para su familia en méxico. Hoy me cuenta que hay temporadas donde tiene que escoger entre comer decentemente o dar de comer a su familia. Este año fue contratado para cosechar arándanos, él transmite que esta temporada fue difícil porque la cosecha se adelantó y los precios bajaron, consigo el salario de los trabajadores. Así como esto paso esta temporada, es cada vez más común.
Mientras históricamente la temporada de arándanos en Florida empezaba durante el final de Abril a fin de Mayo, cada vez es más común que se adelante la temporada creando problemas económicos para todos. Las lluvias cada vez más presentes durante el invierno provocan que los arándanos florezcan y produzcan frutos más temprano. El invierno cada vez es menos predecible y con temperaturas variadas que pueden proporcionar las condiciones para que el arándano empiece a florecer y cuando se presentan repentinos frentes fríos la producción se ve comprometida. Menos producto significa menos trabajo, menos salario e incrementos en los precios. Por otro lado, si la cosecha logra salvarse del frente frío, entonces la industria se enfrenta a la sobreoferta porque durante los tiempos fuera de la temporada usual, se juntan las importaciones con el producto nacional y crean un exceso de producto, bajando los precios durante el verano y reduciendo las ganancias para los productores y trabajadores. Para cuando se supone que la temporada normal de la cosecha nacional empieza, ya no hay suficiente producto y los precios suben, esto no significa más ganancias para el trabajador ya que en este punto el trabajo fue hecho durante el inicio adelantado.
Como veras, el cambio climático nos afecta a todos. Ejemplos como este existen a través de casi todas las industrias del campo y la ganadería. El cambio climático es un problema que afecta a todos, especialmente a las comunidades más cercanas a la industria, los trabajadores de primera línea. Esta problemática no solo afecta la economía del trabajador y el consumidor, también promueve la migración forzada, la explotación, la inseguridad alimentaria, la pérdida del patrimonio cultural, y muchos otros problemas sociales que impiden la prosperidad del mundo. La diseminación de información que apele a los intereses personales de los diferentes grupos sociales es vital para combatir la problemática. En mi siguiente blog expondré como yo he presentado e interpretado el cambio climático de manera que las personas internalicen el problema y empaticen con individuos fuera de su cultura.
Esperen mi siguiente blog;
“El cambio climático; un problema que nos conecta.”